Jamás ha sido requisito que las personas que se inscriben en esta agrupación cancelen la cuota única de inmediato; las razones son muchas, cesantía, escasos recursos, invalidez, falta de ingresos, situación de calle, etc.
Más de la mitad de los inscritos al día de hoy se encuentra impagos, personalmente no me preocupa, pues siempre les he comentado y lo sigo haciendo, que la persona que no haya cancelado su cuota y que no de una explicación satisfactoria al momento de que el estado nos pida las nóminas de cuantos y quienes somos, estas personas quedarán fuera del proceso pues es su responsabilidad y su deber el cancelar la cuota que fue fijada en reunión de asamblea.
Al día de hoy no existe apoyo económico, legal, asistencial o social, de ninguna institución estatal, gubernamental, ONG, Iglesia, Empresa o Particular, nos encontramos solos, como cuando teníamos que hacer guardia, enfrentando con solo 18 años nuestros temores y aprehensiones, con hambre, con frío y muchas veces con miedo.
Cuando iniciamos este movimiento, el tema nuestro era total y absolutamente desconocido, muchas veces las autoridades de nuestro país se rieron en nuestras caras como dirigentes cuando planteamos nuestras demandas, al día de hoy no existe ninguna autoridad, Presidenta, Ministros, Senadores, Diputados, Cardenal Arzobispo de Chile, Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU, que desconozca nuestras peticiones y demandas, eso señores significa que existe un trabajo y ha sido arduo, extenuante, donde hemos tenido que sacrificar no solo nuestro tiempo sino también el de nuestras familias y, en mi caso personal, el de un hijo pequeño.
Por otra parte sabemos que nuestros teléfonos están intervenidos, que tenemos seguimiento por parte de los organismos de seguridad del estado, pero eso es parte del juego, este movimiento es el movimiento social más grande de nuestro país y es el más grande gracias al esfuerzo y sacrificio de nosotros los dirigentes y no descansaremos hasta lograr que se haga JUSTICIA con todos y cada uno de nosotros, y los Johnny y los que escriben como anónimos en este medio, no me cabe ninguna duda que son parte de esos organismos de seguridad y esta bien pues están siendo pagados y deben hacer su trabajo y su trabajo es desacreditar nuestro movimiento, bajarle el perfil, atacar a los dirigentes.
En relación a José Paredes Márquez, estuvo siete días incomunicado, sin asistencia judicial, retenido en una cárcel de alta seguridad, ¿quién de ustedes se acerco a él para ofrecerle ayuda?, hoy es fácil apuntar y señalar que no se está de acuerdo con tal o cuál postura.
El día Martes 26 de Mayo en las noticias de la noche, me enteré que había sido detenido un Ex Soldado acusado del asesinato de Víctor Jara, a contar del día Miércoles 27 de Mayo desde las 9:00 horas empecé a llamar a todas las cárceles de la región metropolitana, recién el Jueves 28 de Mayo alrededor del mediodía y luego de exigir el nombre y el cargo de quién estaba recibiendo la llamada, logré encontrarlo en la cárcel de alta seguridad de Av. Pedro Montt en Santiago, al consultar los días y horarios de visita me comunican que son solamente los lunes y miércoles de 9:00 a 14:00 horas.
Me presente directamente en la guardia a eso de las 13:00 horas, exigí verle y ante la insistente negativa, me presente como lo que soy, Presidente de la Agrupación de Ex Soldados Conscriptos de Santiago, Ex Soldado del año 1973, ante mi insistencia y luego de tratar y conversar con las autoridades carcelarias me autorizan a verle por 5 minutos, pasé alrededor de tres controles donde se me reviso en forma denigrante, finalmente llegué a un lugar nauseabundo, maloliente, oscuro donde me hacen pasar a un cuarto pequeño donde se encontraba un señor cabeza gacha, me siento enfrente de él, le observo, no sé quién es, pasan unos instantes, finalmente le digo, señor busco a don José Adolfo Paredes Márquez, a lo que me contesta en forma seca y brusca "¡y usted quién es!", me presento como Fernando Mellado Ex Soldado al igual que usted del año 1973, empieza a titubear, se le llenan los ojos de lágrimas, me paro, nos abrazamos y me pide que por favor no le deje solo, que no le abandone, que tiene miedo, que está y se siente absolutamente solo, lloramos, le comento que de aquí en adelante JAMÁS estará solo, que no me interesa saber si es o no es culpable que ese es un problema entre Dios y él, luego le digo que usaremos el mismo principio que se usaba con nosotros durante nuestra conscripción, cuando uno se equivocaba (y con eso no digo que tú seas culpable) pagábamos todos, la compañía, la sección, la escuadra.
Al momento de salir de la cárcel pedí inmediatamente audiencia con don Nelson Caucoto, el abogado querellante, quien me recibe el Viernes a eso del mediodía, analizamos el tema de los Ex Soldados y de José en particular, me comenta que él no tiene nada contra José lo que le interesa saber es quién dió la orden, le consulto en forma molesta por qué José está detenido en una cárcel pública y no como el resto de los militares, tanto oficiales como suboficiales, que cuando son detenidos automáticamente son derivados a una unidad militar, le solicito que trate el tema a la brevedad posible con el juez que lleva la causa, posterior a esta reunión sostuve una segunda reunión con un General en retiro, representante de un movimiento de ex militares con el cual analizamos el tema de José, donde solicito enfáticamente sea analizada la posibilidad de ser trasladado a una unidad militar, finalmente José es trasladado al Comando de Telecomunicaciones de Santiago.
Paralelamente y en forma muy loable la agrupación de Puente Alto a cargo de don Pedro Cáceres, toma contacto con José, quienes ponen a su disposición al abogado que está llevando su causa, don Hernán Montealegre como su abogado defensor, se ponen al servicio de este Ex Soldado tanto es así que viajan a San Antonio, ubican a su esposa le llevan noticias de José, la tranquilizan, posteriormente la trasladan en varias oportunidades a Santiago para que lo visite, llevandola de regreso a su casa.
En el ampliado de directivas nacionales del 14 de junio ratificado el 5 de julio, se acordó reunir la suma de $ 1.000 por cada Ex Soldado a nivel de país, para cancelar los honorarios de don Hernán Montealegre quién ha oficiado de abogado defensor de José Paredes Márquez.
¿Como fue que José es procesado por el asesinato de Víctor Jara?, la policía de investigaciones lo detiene en absoluto estado de intemperancia, estando en ese estado le hace firmar una declaración, dejándolo en libertad con la obligación de presentarse al día siguiente y ratificar lo que había firmado, al otro día cuando se presenta un poco mejor de su estado de ebriedad, desconoce lo que le habían obligado a firmar, firmando una nueva declaración y citándolo para el tercer día al cual se presenta ya abosolutamente sobrio y en este estado desconoce las dos declaraciones firmadas anteriormente, razón por la cuál la PDI lo deja incomunicado por haber firmado tres declaraciones distintas siendo trasladado en forma inmediata a Santiago donde permanece por siete días incomunicado y sin asistencia judicial, ¿no les parece raro todo el procedimiento?, todo lo anterior consta en el proceso de José.
Por otra parte, las autoridades tanto civiles como internacionales desconocen la "obedicencia debida", es decir si un Ex Soldado hizo uso de su arma ese Ex Soldado es responsable ante la ley, lo anterior implica y significa que si José es encontrado culpable, TODOS LOS EX SOLDADOS SOMOS VICTIMARIOS, en cambio si logramos demostrar su inociencia seremos todos, "las otras víctimas del gobierno militar", debido a lo anterior es que nuestro movimiento, nuestra causa, necesita y requiere de un abogado especialista en derechos humanos, de los tres juristas especialistas en estos temas solo don Hernán tiene la disposición de ayudarnos y defendernos.
Hago un llamado a todos los Ex Soldados Conscriptos del País a no enredarse en estupideces como las que aquí se comentan, tengan fé, esperanza, ayúdennos a hacer fuerza para que se haga justicia para con todos y cada uno de nosotros los "Ex Soldados Olvidados de nuestro País".
Fernando Mellado
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