domingo, 15 de febrero de 2015

MORALISTAS EN LA MONEDA


Vacaciones estropeadas, ensuciadas, envilecidas y pringadas por la codicia... Duros días para el país. ¿Que va quedando de limpio, de confiable? Arturo A. Muñoz señala que en La Moneda sobrevive un preconizador de la virtud, un sobreviviente de la rectitud... A menos que...
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Nueva tarea para los moralistas que censuran en La Moneda

Rodrigo y Robinson, Peñailillo y Pérez, conocidos como “los Robespierre” del palacio de gobierno; ¿pasarán la prueba de fuego con el caso Caval (Dávalos, Compagnon, Luksic)?

Arturo Alejandro Muñoz
Que la mujer del César no solo debe ser honesta y digna, sino también parecerlo, es una máxima que en Chile, cada día, adquiere mayor robustez en materia de asuntos públicos. Nótese que escribí ‘asuntos públicos’, pues no estoy haciendo referencia sólo a la actividad política, pese a que esta resulta ser la madre de todas las sanciones cuando llega el momento de juzgar personas y emitir veredictos.
En estas semanas, el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, se ha mostrado a la faz pública como un severo defensor del republicanismo. Ello ha sido posible merced a la asesoría de Robinson Pérez, su ‘gurú’ en materias de honestidad mediática-política, quien ha logrado que La Moneda le cierre las puertas a cualquier individuo que la prensa y la justicia (en especial la prensa) haya imputado o mencionado como partícipe en asuntos turbios o non sanctos.
No es broma. Si usted desea obtener una entrevista con el ministro (o con doña Michelle), pasará por el cedazo inquisidor de míster Pérez, cuyo pulgar, que apunta a lo alto o a lo bajo, será quien decida. Para ser claros, varios políticos, dirigentes de partidos, parlamentarios y algunas autoridades comunales, han visto derrumbarse sus intentos por conversar con la señora Bachelet en razón de la desaprobación de Robinson Pérez.
Viejo izquierdista ex militante de partidos extra Unidad Popular que, para alegría de varios y enojo de muchos, nunca “se renovó” completamente. Por ende, tampoco se convirtió a la fe neoliberal en la extensión y profundidad de sus compañeros de ruta. En La Moneda y en el Congreso Nacional hay quienes lo motejan como “el Robespierre que mece la mano de Peñailillo”.
“Por sus obras les conoceréis”, reza el viejo adagio. Sin embargo, como don Robinson, soy de aquellos que creen cuánto y cómo las palabras pueden desnudar el alma de las personas.
Para no perder tiempo en latas divagaciones, permítame decirle –amigo lector– que la Historia de Chile proporciona sabrosos comentarios y dichos explicitados por –supuestamente– altos dignatarios y personajes de alcurnia.
El ministro plenipotenciario Diego Portales Palazuelos, tan alabado por la dictadura empresarial-militar del genocida y ladrón Augusto Pinochet Ugarte, en una carta escrita el año 1822 y dirigida a su socio y amigo José M. Cea, escribió:
“Parece algo confirmado que los Estados Unidos reconocen la independencia americana. Aunque no he hablado con nadie sobre este particular, voy a darle mi opinión. El Presidente de la Federación de Norteamérica, Mr. Monroe, ha dicho: “se reconoce que la América es para estos”. ¡Cuidado con salir de una dominación para caer en otra! Hay que desconfiar de esos señores que muy bien aprueban la obra de nuestros campeones de liberación, sin habernos ayudado en nada (…) ¡Vaya un sistema curioso, mi amigo! Yo creo que todo esto obedece a un plan combinado de antemano; y ese sería así: hacer la conquista de América, no por las armas, sino por la influencia en toda esfera. Esto sucederá, tal vez no hoy; pero mañana sí”.
Que Portales era un lenguaraz y, para esa época, blasfemo, no es misterio, y que tenía mano dura incluso con quienes supuestamente le apoyaban, tampoco es asunto desconocido. Esta carta a su amigo Antonio Garfias, en el año 1831, lo confirma:
“Dígale Ud. a los culiados que creen que conmigo sólo puede haber Gobierno, y orden, que yo estoy muy lejos de pensar así y que si un día me agarré los fundillos y tomé un plazo para dar tranquilidad al país, fue sólo para que los jodidos y las putas de Santiago me dejaran trabajar en paz. Huevones y putas son los que joden al gobierno y son ellos los que ponen piedras al buen gobierno de éste. Nadie quiere vivir sin el apoyo del elefante blanco del Gobierno y cuando los huevones y las putas no son satisfechos en sus caprichos, los pipiolos son unos dignos caballeros al lado de estos cojudos. Las familias de rango de la capital, todas jodidas, beatas y malas, obran con su peso enorme para la buena marcha de la administración. Dígales que si en mala hora se me antoja volver al Gobierno, colgaré de un coco a los huevones y a las putas les sacaré la chucha ¡Hasta cuándo... estos maricones! Y Ud., mi don Antonio, no vuelva a escribirme cartas de empeño, si no desea una frisca que no olvidará fácilmente”.
¡Rechanfle! Si viviera hoy, el lenguaraz, coprolálico y anti yanqui Diego Portales jamás habría obtenido el visto bueno de Robinson Pérez y de Rodrigo Peñailillo para tomar té con doña Michelle. No sólo al gran ministro le habrían cerrado las puertas de La Moneda; también al general Manuel Baquedano debido a la proclama que dirigió a sus soldados el día 16 de enero de 1881, poco antes de la batalla final en las puertas de Lima:
"Ahora el Perú se encuentra reducido a su capital, donde está dando, hace meses, el triste espectáculo de la agonía de un pueblo. Y como se ha negado a aceptar en hora oportuna sus condiciones de vencido, venimos a buscarlo en sus últimos atrincheramientos, para darle en la cabeza el golpe de gracia y matar allí, humillándolo para siempre, el germen de aquella orgullosa envidia, que ha sido la única pasión de los eternos vencidos por el valor y la generosidad de Chile. Pues bien, que se haga lo que ha querido, si no lo han aleccionado bastante sus derrotas sucesivas en el mar y la tierra, donde quiera que sus soldados y marinos se han encontrado con los nuestros; que se resigne a su suerte y sufra el último y supremo castigo”.
Quizás, para ir equilibrando las situaciones, a don Ramón Barros Luco, otro ‘prócer’ que tuvo frases para el bronce (o para ‘el humo’, eso depende de la opinión de cada cual), Peñailillo y Pérez lo habrían recibido en La Moneda con alfombra roja: siendo Presidente de la República se despachó un comentario que, a fuer de ser sincero (como decía Fray Luis de León), caracteriza magistralmente a todos los gobiernos del duopolio Alianza-Concertación (hoy, Nueva Mayoría):
“En Chile, el 25% de las cosas que constituyen problemas se solucionan solas; y el otro 75% no tiene solución… así que mejor vivamos felices y no nos metamos en líos”.
Otra anécdota de Barros Luco hubiese provocado soponcios en Peñailillo y en su asesor Pérez, una de otro nivel, mire, lea y disfrute. El gobernador de Iquique era un tipo de pésimos antecedentes administrativos, y Barros Luco estaba dispuesto a pedirle la renuncia. Enterado de la opinión que el primer mandatario tenía de su acción como autoridad de la provincia de Tarapacá, el gobernador organizó una “manifestación de apoyo” con gente amiga, que reunió en la Plaza Prat de aquel puerto.
Luego, telegrafió a La Moneda lo siguiente:
“Multitud reunida Plaza Prat exige continuidad del gobernador en el cargo”…
A lo que el Presidente Barros Luco respondió escuetamente: “No le haga caso”.
Pérez y Peñailillo le habrían dado un portazo en las narices. “Mentirosos no entran a la casa de Toesca”. La verdad es que estos dos individuos están comenzando a gustarme políticamente. Son perfectos censores, sancionadores morales… ¡lo que hacía mucha falta en la casa de gobierno!
No obstante, aunque se han esmerado en mostrarse ante el país como incorruptibles, deberán superar la prueba de fuego para contar de manera definitiva con la aprobación del respetable electorado. ¿Prueba de fuego? ¿Cuál? Reseño tal prueba mediante una pregunta cuya respuesta explicaría, por sí sola, la calidad intrínseca de los mencionados “Robespierre” que asesoran a una atribulada madame Michelle.
Si Sebastián Dávalos Bachelet –el esposo de la dama de los seis mil quinientos millones de pesos que ella misma calificó como “poca plata”– quiere visitar a su mamacita, ¿lo dejarán pasar o le impedirán el tránsito hacia el segundo piso de la “casa donde tanto se sufre”, como han hecho con políticos y personajillos que aparecieron en la prensa acusados de asuntos de menor gravedad?
Buena pregunta, ¿no le parece? Bachelet Jeria y la Nueva Mayoría, ¿aceptarán eso de “la mujer del César”? Está por verse. Y si no lo aceptan, ¿Peñailillo y Pérez deberán regresar al laburo que tenían antes de marzo del año 2014?
Pareciera que esto es lo que Sebastiancito le desea al “galán rural” (como irrespetuosamente calificó al ministro del Interior)… ¿Lo querrá también Andrónico Luksic, el verdadero jefe del duopolio?


Juan Fernando Mellado Galaz
Ex Conscripto 1973
Escuela de Telecomunicaciones
Ingeniero en Administración de Empresas
Asesor Tributario Previsional
Presidente Nacional Corporación para la
Integración de los Derechos Humanos 
del Servicio Militar Obligatorio
Email: agrupacion.exconscriptos.chile@gmail.com

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