Formalizaciones... eso, en castellano, se llama inculpación, o imputación, o sea la acusación en buena y debida forma de la comisión de delitos a quién corresponda. No es lo mismo ser inculpado de delitos, que ser "formalizado por ilícitos"... La Lira Popular virtual de Jorge Lillo se solaza en la actualidad llena de ejemplos de la picaresca autóctona...
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DE CÓMO SE SUPERA EL NIVEL SOCIAL DE LOS IMPUTADOS POR LA JUSTICIA, SIN PERFECCIONAR –PARALELAMENTE– LAS CONDICIONES AMBIENTALES PARA COMODIDAD DE LOS INVITADOS. AL FINAL, RELATO DE UNA PESADILLA .escribe Jorge Lillo
I
Esto es, sin duda, un avance, un progreso, un adelanto que se ve, de tanto en tanto, cuando surge algún percance. ¡Tanto imputado elegante, tan fachoso y bien bañado! ¡Tanto señor encumbrado de la familia mercante sentado en sillas picantes y mesas de aglomerado!
II
Uno estaba acostumbrado a pillos de mala facha que se van a la capacha de amarillo y esposados. Debieran los magistrados en honor a esos galones, pedir les pongan sillones, algunas sillas Valdés, alfombras y limpiapiés que hagan gratos los salones.
III
¡Qué cosas feas les dicen –delante de toda gente–, a estos pobres penitentes, que tuvieron sus deslices! No respetan sus raíces, tampoco sus sacrificios hechos para el beneficio de toda la población, que dan sentido y razón a su vida de patricios.
IV
Y mire usted esos vasitos de plástico, desechables… ¡Qué manera deleznable de atender al interdicto! No les dan ni un coctelito en el break del mediodía y manda Su Señoría que almuercen en una hora. Sin bajativo, señora, no es justo ni hay garantía.
V
Por actuar como pandilla les dictan la preventiva y ¡pa’ dentro! en comitiva como gente de gavilla. El pueblo se maravilla por la máquina montada que no daba una puntada sin burlar a papá fisco y se quedaban muy Priscos, con la tremenda tajada.
ENSUEÑO ANGUSTIOSO Y TENAZ
Soñé que estábamos muertos
y presos en el infierno, sobre un buque sin gobierno en un mar de desaciertos. No había playa ni puerto donde capear la tormenta, que se abatía violenta sobre tanto condenado mirando, desesperado, que se hundía la cubierta.
Aunqu’ éramos mayoría
nos controlaba sin pausa un puñado honoris causa que hacía lo que quería. La gente se debatía en medio de aquel estrago pensando: –“¿cómo lo hago pa’ salir de este pontón con tierra de panteón de la fosa donde yago?”–. |
Juan Fernando Mellado Galaz
Ex Conscripto 1973
Escuela de Telecomunicaciones
Ingeniero en Administración de Empresas
Asesor Tributario Previsional
Presidente Nacional Corporación para la
Integración de los Derechos Humanos
del Servicio Militar Obligatorio
Integración de los Derechos Humanos
del Servicio Militar Obligatorio
Email: agrupacion.exconscriptos.chile@gmail.com
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