sábado, 29 de noviembre de 2014

EL FASTO SOCIAL



Si escuchas a Alberto Arenas, sus presupuestos configuran un "Fasto social", o sea un lujo, un esplendor social. Pero el hombre tiene mala suerte: la OCDE acaba de publicar cifras al respecto, que dejan a Chile en el lugar que merece.

Explicado con cariño por Luis Casado. Que aproveche.
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El fasto social

escribe Luis Casado
Por alguna razón los gobiernos se sienten obligados a rendirle cuentas al empresariado, en fin, a los (sus) patrones por lo menos una vez al año.
Todo dios llega arregladito y compuesto al Enade Affectio Societatis (sic), con la sana intención de convencer a quienes manejan el palito del emboque de que todo va bien y mañana mejor, no vaya a ser cosa que se les ocurra llevarse las inversiones a otra parte.
En fin las suyas, porque nuestro billete ya se lo llevaron: en el primer mandato de la actual mandataria se autorizó a las AFP a invertir hasta un 80% de los fondos en el extranjero, y ahí la conversa fue de “maricón el último”.
En todo caso, es de preguntarse si –en el caso que en Chile existiese alguna central sindical digna de ese nombre– el poder ejecutivo, el poder legislativo y la justicia irían a convencer a los trabajadores de no ir a crear riqueza al país del lado, o de no migrar a países serios.
Para los atorrantes no hay tantas consideraciones. Es verdad que en Chile somos muy pocos: una especie en vías de extinción según el ex canciller Alfredo Moreno quién asegura que aparte yo que soy pobre, y Luksic que es rico, todos los demás son clase media. Y adivina por qué: “La excelencia de las políticas públicas…” (¿por qué te ríes?).
En materia de políticas públicas dirigidas al personal, lo más visible han sido los tristemente célebres bonos, cuya principal cualidad consiste en mantener millones de chilenos en situación de seguirlos esperando.
Acá no se lleva la milenaria sabiduría china que dice que en vez de darte un pez hay que enseñarte a pescar. Aún menos que en vez de someterte a la humillación de una caridad intermitente considerasen seriamente elevar tu dignidad otorgándote derechos. La caridad, un negocio en plena expansión.
¿Los salarios son miserables? En vez de ponerlos en un nivel digno, de vez en cuando te dan algún “aguinaldo”, un “bono”, una “gratificación”, y luego regresas al mismo salario de mierda. Poco importa que al acordarte una “ayuda escolar” los empresarios reconozcan que con el pinche salario que te pagan ni siquiera puedes enviar los niños a la escuela.
En cuanto al cacareo de Alberto Arenas en torno al aumento de lo que presenta como el “gasto social”… para su desdicha al mismo tiempo la OCDE publicó cifras al respecto. Ellas muestran que en ese grupo de países Chile figura penúltimo en la materia con un 10% del PIB, allí donde los países del primer mundo están del 20% para arriba (promedio de la OCDE 21,4%).
OCDE
Fuente: OCDE - Social expenditure update


En el tercermundismo sólo nos supera México, curioso país en el que hay gente que desaparece y no se les vuelve a encontrar. “Desaparecidos” les llaman, algo que nadie imaginaría en el campo de flores bordado, en dónde hasta los fenómenos de la UDI van a dar clases de Derechos Humanos a la TV.
En materia de “gasto social” (hay países serios en que se le llama inversión social) Chile no califica. Si las pensiones consumen un 7,9% del PIB de los países de la OCDE (promedio) Chile gasta apenas un 3,1%: a partir de salarios miserables ¿hay que sorprenderse de tener pensiones miserables?
En fin, la copia feliz del edén no compite ni en caridad, visto que la suma de “bonos” y dádivas cuenta por un pijotero 1,5% del PIB, allí donde el promedio en la OCDE es un 4,4%. ¿Capici?
Si Alberto Arenas contaba obtener aplausos, los “expertos” de la OCDE lo dejaron con los chiteco abajo. Los únicos que pueden alegrarse de estas cifras son los (sus) patrones, que hicieron suya la divisa indicada más arriba: Affectio Societatis.
Si no lo sabías, es la condición exigida por la jurisprudencia para la existencia de una sociedad: el contrato de sociedad debe reposar sobre un Affectio Societatis, es decir que los aportes de los socios deben ser hechos con la intención de compartir las pérdidas y las ganancias.
Por el momento, en esta sociedad, la regla impuesta por los patrones es muy sencilla: Cara gano yo, sello pierdes tú. Es lo que esta Michelle que nos envidia el mundo entero alguna vez llamó la “asociación güin-güin”.
Como te decía, por alguna razón los gobiernos se sienten obligados a rendirle cuentas al empresariado, en fin, a los (sus) patrones por lo menos una vez al año.



Juan Fernando Mellado Galaz
Ex Conscripto 1973
Escuela de Telecomunicaciones
Ingeniero en Administración de Empresas
Asesor Tributario Previsional
Presidente Nacional
Presidente Agrupación Santiago
Agrupación Nacional de Ex Soldados Conscriptos
del Servicio Militar Obligatorio (SMO) período 1973-1990
Email: agrupacion.exconscriptos.chile@gmail.com

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