La fiebre de buena (o mala) conciencia que sacude a empresarios deseosos de aumentar la ventas con el pretexto de los buenos sentimientos es el tema de esta maratónica Lira Popular (virtual) de Jorge Lillo.
Al que le venga el sayo que se lo ponga, y que cada palo aguante su vela... |
LA MARATÓNICA JORNADA EN QUE CHILE, CHANTAJEADO POR LA PUBLICIDAD Y LA MALA CONCIENCIA, ACUDE EN MASA A LAVARSE LAS MANOS COMO PILATOS (LOS POBRES ACUDEN HONRADAMENTE, PORQUE SABEN LO QUE SON LAS CARENCIAS).
escribe Jorge Lillo
¡Que viva la Teletón,
que atiende al necesitado niño discapacitado que abunda en nuestra nación! Apelando al corazón, es decir, al sentimiento, aparece un regimiento de figuras “estelares” sonriendo en los comerciales en la “previa” del evento.
En estas horas de amor
“pasan cosas increíbles”: mostrando hasta lo indecible las carencias de un menor. Veintisiete horas de horror, en que empresarios notables donarán sus deleznables ganancias de media hora, mientras pone una señora la plata que va a faltarle.
Hay que hacer la Teletón
para otros niños también: Para aquellos que no ven o les falla el corazón. Pa’l que precisa un pulmón artificial en su casa; para el niño que lo pasa de confinado en un catre porque no cubre su ISAPRE lo que se paga de tasa.
Para el niño abandonado
que no conoce de escuela; pa’l que sufre otras secuelas y está en la calle botado. Pa’l que no tiene abogado que defienda sus derechos; pa’l que carece de un techo y duerme bajo los puentes, mientras la gente “decente” ve Teletón desde el lecho.
Pa’l que a los siete trabaja
desperdiciando su infancia. Pa’l que no tiene importancia porque su cuna fue baja. La Teletón es la caja que se llena, indiferente al destino de otra gente que agoniza a nuestro lado y que le alivia al Estado su obligación más urgente.
¡Que viva la Teletón!
porque hace publicidad: “¡su compra va a financiar nuestra gran contribución!” Y corre la población a comprar ese producto que va a ser el usufructo de los niños desvalidos, sin saber que lo invertido quedará en otro reducto.
Hablar de la Teletón
es un riesgo en estas horas: lagrimea la señora y lagrimea el señor. Se enternece a la Nación llamando a la caridad, y puesta la cantidad, queda libre la conciencia pa’ enfrentar con opulencia la próxima Navidad.
Llena el alma de alegría,
(después de pasar por caja, cambiando el amor por plata), vamos a la pizzería. Cuando la masa está fría (es decir: está incomible) una voz inconfundible grita frases lacrimosas: “¡Esta Patria es tan hermosa, PASAN COSAS INCREÍBLES!”.
¡Que viva la Teletón!
que nos alivia la carga de una realidad amarga: el tema de la inclusión. No contrata este patrón al que tiene sus carencias y sosiega su conciencia al obsequiar su limosna, y al Estado lo soborna, comprando sus indulgencias.
¿Y el Estado dónde está?
¿Por qué no hay leyes, de modo que se los proteja a todos sin pedir “por caridad”? ¡Es mala esta sociedad que a sus socios no protege! No va a brotar el esqueje del niño sin marraqueta. Dirán: ¡”se alcanzó la meta”, aunque la Verdad se queje! |
Juan Fernando Mellado Galaz
Ex Conscripto 1973
Escuela de Telecomunicaciones
Ingeniero en Administración de Empresas
Asesor Tributario Previsional
Presidente Nacional
Presidente Agrupación Santiago
Agrupación Nacional de Ex Soldados Conscriptos
del Servicio Militar Obligatorio (SMO) período 1973-1990
Email: agrupacion.exconscriptos.chile@gmail.com
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